Un abrazo fraterno para ustedes!!!
El motivo principal por el cual se ha creado este sitio de Internet es el de proporcionar la información necesaria a todo aquel que se interese en conocer la Teosofía. Para ello les ofrecemos una biblioteca en español que se encuentra distribuida en las secciones Teosofía 1, 2, 3, 4. También encontrarán otros libros esotéricos y de ayuda espiritual en las secciones Otros 1 y 2.
El acceso y descarga de estos libros es COMPLETAMENTE GRATiS.
Quizás el lector recíén se acerque a lo que constituye el conocimiento teosófico, o puede ser que ya esté encaminado en su búsqueda, pero cualquiera de ellos que sea su caso, confiamos en que aquí encuentre lo que necesita en su camino hacia La Verdad.
La enseñanza milenaria secreta fue transmitida a través de millones de años, a la par con la vida y desarrollo del ser humano y siempre mantuvo su vigencia en las diferentes civilizaciones que poblaron la Tierra. Durante el largo proceso evolutivo de la humanidad, dicha enseñanza fue conocida con diferentes nombres como: Sabiduría Eterna, Sabiduría Divina, Doctrina Oculta, Sabiduría Antigua y otros. En los tiempos modernos, esta Eterna y Divina Sabiduría Antigua es llamada TEOSOFÍA.
Patricio del Caso
Koot Hoomi Lal Singh
El doble triángulo que contiene el Tau o cruz egipcia es el símbolo del Universo o Macrocosmo, la manifestación de la Divinidad en el tiempo y en el espacio, el Uno desdoblándose a sí mismo en la dualidad de Espíritu y Materia.
Los triángulos están entrelazados para denotar la unidad inseparable, y son dos para significar el Espíritu y la Materia, Padre y Madre.
El triángulo que tiene un vértice hacia arriba es el del fuego o Espíritu, y el que lo tiene hacia abajo es el del agua o Materia.
Cada triángulo, además, con sus tres lados y sus tres ángulos, simboliza la trina naturaleza de lo que representa.
a triplicidad del triángulo de fuego significa: Existencia, Conocimiento y Felicidad, o Actividad, Sabiduría y Voluntad, o Creación, Conservación y Liberación.
Los lados son iguales porque “en esta trinidad ninguno es superior ni inferior, mayor ni menor que otro”, porque todos son igualmente inmanentes en su naturaleza y por igual omnipresentes.
La triplicidad del triángulo del agua simboliza las tres cualidades características esenciales de la materia: Inercia, Movilidad y Ritmo (o Vibración).
Los doce lados iguales formados por el cruzamiento de las líneas de la figura consideradas en conjunto, representan los “doce grandes dioses” de Caldea y de otras religiones antiguas, los doce signos del Zodíaco, los doce meses del año.
Mucho más se podría decir de la significación del emblema.
La cruz ansata ha descendido en la Materia y está crucificado en ella, pero que ha resucitado de la muerte y permanece triunfante en los brazos del victimario ya vencido, y por esto se llama la “Cruz de Vida”, y es símbolo de la Resurrección.
En las pinturas egipcias se puede ver que esta cruz se aplicaba sobre los labios de la momia cuando el Alma volvía al cuerpo.
La cruz ígnea, acodada o Svastika, es el símbolo de la energía vertiginosa que crea un Universo “abriendo huecos en el espacio”, o dicho en forma menos poética, formando los torbellinos o átomos para la construcción de los mundos.
La serpiente que se muerde la cola es el antiguo emblema de la Eternidad, el círculo sin principio ni fin, en el cual crecen y mueren, aparecen y desaparecen todos los universos. Tal es, en breves palabras, el simbolismo del Sello de la Sociedad Teosófica; en ingeniosa combinación resume las verdades de la Teosofía. Coronando este Sello figura en caracteres sánscritos el sagrado monosílabo OM o AUM, y alrededor del mismo, el lema del Maharâja de Benarés: Satyât nâsti paro Dharma. “No hay religión más elevada que la Verdad.”
(Extracto del folleto ¿Qué es la Teosofía? y de otras obras de A. Besant).
Véase: Sociedad Teosófica. (Glosario Teosófico. H.P.B.)
Sello Teosófico
Teosofía [Del griego Theosophía].- Religión de la Sabiduría o “Sabiduría divina”. El substrato y base de todas las religiones y filosofías del mundo, enseñadas y practicadas por unos pocos elegidos desde que el hombre se convirtió en un ser pensador. Considerada desde el punto de vista práctico, la Teosofía es puramente ética divina. Las definiciones de la misma que encontramos en los diccionarios son puros desatinos, basados en prejuicios religiosos y en la ignorancia del verdadero espíritu de los primitivos rosacruces y filósofos medievales que se titulaban teósofos. [La palabra Teosofía no significa Sabiduría de Dios, sino Sabiduría de los Dioses o Sabiduría universal. Esta Sabiduría es la verdad interna, oculta y espiritual que sostiene todas las formas externas de la religión, y su pensamiento fundamental es la creencia de que el Universo es, en su esencia, espiritual; que el hombre es un ser espiritual en estado de evolución y desarrollo, y que la humanidad puede progresar en la vía de la evolución por medio de un ejercicio físico, mental y espiritual adecuado, haciéndole desarrollar facultades y poderes que la harán capaz de traspasar el velo externo de lo que se llama materia, y entrar en relaciones conscientes con la Realidad fundamental. La gran idea que sirve de fundamento a la Teosofía es la Fraternidad Universal, y ésta se halla basada en la unidad espiritual del hombre. La Teosofía es a la vez una Ciencia, una Filosofía y una Religión, y su expresión externa es la Sociedad Teosófica.
(Pequeño Glosario de términos teosóficos de A. Besant y H. Burrows.)
Opuestamente a lo que muchos pueden creer, la Teosofía no es una religión nueva; es, por decirlo así, la síntesis de todas las religiones, el cuerpo de verdades que constituye el fondo de todas ellas. La Teosofía, en su actual modalidad, apareció en el mundo en el año 1875, pero la Teosofía en sí misma es tan antigua como la humanidad civilizada y pensadora. Se la ha conocido con diversos nombres que tienen igual significado, tales como Brahma-vidyâ (Sabiduría divina), Para-vidyâ (Sabiduría suprema), etc. El especial motivo de su nueva proclamación en nuestros días fueron los rápidos y perniciosos progresos del materialismo en las naciones propulsoras de la civilización mundial. Por esta razón los venerados Guardianes de la Humanidad creyeron oportuno proclamar las antiguas verdades en una forma adaptada a la actitud y desarrollo mental de los hombres de la época, y así como antes fueron reveladas una tras otra las religiones, de conformidad con el tránsito de uno a otro desenvolvimiento nacional, así en nuestros días se volvieron a proclamar las bases fundamentales de todas las religiones, de suerte que sin privar a ningún país de las especiales ventajas que su fe peculiar le proporciona, se echará de ver que todas las religiones tienen el mismo significado y que son ramas de un mismo árbol.
La Teosofía se presenta además como base de filosofía de la vida, porque posee vastísimos conocimientos acerca de las grandes Jerarquías que llenan el espacio; de los agentes visibles e invisibles que nos rodean; de la evolución o reencarnación, por cuya virtud progresa el mundo; de la ley de causalidad, o de acción y reacción, llamada Karma; de los diversos mundos en que el hombre vive, siembra y cosecha, etc., etc., conocimientos que resuelven del modo más racional y satisfactorio los arduos enigmas de la vida que siempre conturbaron el cerebro de los pensadores con quebranto de su corazón. En el campo de la ciencia abre nuevos caminos al conocimiento.
La Teosofía explica la vida, justifica las diferencias sociales entre los hombres e indica el medio de entresacar nuevos hechos del inagotable almacén de la Naturaleza. También la Teosofía da fundamentales normas de conducta aplicables a la vida humana y levanta grandes ideales que conmueven el pensamiento y el sentimiento, para redimir poco a poco la humanidad de la miseria, la aflicción y el pecado, que son frutos de la ignorancia, causa de todo mal. El dolor y la miseria desaparecerán de nuestra vida cuando sepamos trocar la ignorancia en conocimiento. Ante la Sabiduría se desvanecerán nuestras tribulaciones, porque el gozo es peculiar e inherente a la íntima naturaleza de que todos procedemos y a la que todos hemos de volver.
La Teosofía, por último, no impone dogma alguno, ni fuerza a nadie a creer ciegamente las verdades que enseña; pero hace otra cosa inmensamente mejor: pone al hombre que está dispuesto para ello en estado de percibir directamente por sí mismo tales verdades mediante el desenvolvimiento de su naturaleza espiritual, y con ella el desarrollo de ciertas facultades internas latentes en la generalidad de la especie humana, que le permiten conocer el mundo espiritual y las relaciones del hombre con la Divinidad. Por el conocimiento íntimo de sí mismo el hombre se vuelve capaz de conocer la Vida universal y suprema, puesto que el Espíritu humano es una parte del Espíritu universal (Dios).
H.P.B.
La religión de la Sociedad es una ecuación algebráica en la cual mientras no se omita el signo de igualdad (=), cada miembro puede sustituir cantidades propias que mejor colinden con las exigencias climáticas y de su tierra natal, con las idiosincrasias de su pueblo o aún las suyas propias. Como nuestra Sociedad no tiene ningún credo aceptado, está muy dispuesta a dar y recibir, aprender y enseñar, valiéndose de la experimentación práctica, la antítesis de una aceptación simplemente pasiva y crédula de un dogma impuesto. Está abierta a aceptar cualquier resultado que alguna de las anteriores escuelas o sistemas afirme, siempre que pueda demostrarse lógica y experimentalmente. Por lo tanto: no puede acoger nada, basándose en la simple fe, no importando quién lo proponga.
La Teosofía es la aliada de todo individuo que busca independientemente y con ahínco, un conocimiento del Principio Divino, las relaciones humanas con éste y sus manifestaciones en la naturaleza. Es análogamente, la aliada de la ciencia honrada siempre que ésta no incursione en los reinos de la psicología y de la metafísica. Es también la aliada de toda religión íntegra: una religión dispuesta a ser juzgada conforme los mismos parámetros que implementa para las demás. Según la Teosofía: los libros que contienen la verdad más evidente son inspirados y (no revelados). Sin embargo, a causa del elemento humano que encierran, los considera inferiores al Libro de la Naturaleza, cuya lectura y comprensión correcta implica el necesario desarrollo elevado de los poderes innatos del alma.
Sólo las facultades intuitivas pueden percibir las leyes ideales, las cuales trascienden el campo de la argumentación y de la dialéctica y nadie puede comprenderlas o apreciarlas correctamente mediante las explicaciones de una mente ajena, aunque ésta afirme tener una revelación directa. Nuestros miembros, como individuos, son libres de participar o no en cualquier credo que les plazca, siempre que no pretendan ser los únicos que gozan del privilegio de la conciencia, imponiendo sus opiniones a los demás. En este respecto, las Reglas de la Sociedad son muy rígidas y la Teosofía trata de implementar la sabiduría del antiguo axioma buddhista: “Honra tu fé y no denigres la fe ajena,” que reverbera, en nuestro siglo, en la “Declaración de Principios” del Brahmo Samaj, cuya noble afirmación dice: “ninguna secta será objeto de denigración, burla u odio.”
Los siguientes postulados fundamentales forman la base de las enseñanzas Teosóficas:
1. Existe una Eterna e Infinita Realidad, una existencia real aún cuando incognoscible, originaria de toda manifestación y fenómenos existentes, desconocida para la mente finita del Hombre.
2. Desde esta Infinita Realidad, de esta Causa sin causa, proviene el principio creativo al que consideramos como el Dios manifestado originador y sustentador del Universo, desenvolviéndose de unidad a dualidad y de dualidad a trinidad, sólo parcialmente conocido para el hombre, pero dándose a conocer gradualmente a medida que este último avanza en evolución. Debemos, en consecuencia, tratar de evitar la idea de un ser antropomórfico (es decir, de forma humana) que nos viene a la mente cuando nos referimos a esta gran Consciencia con el nombre de DIOS.
3. El Universo en su totalidad es una manifestación de la Vida de Dios.
4. Existe un gran número de Grandes Inteligencias, llamadas Arcángeles, Ángeles o Devas, que han emanado del Dios manifestado y que son sus agentes para llevar a cabo el divino propósito de la evolución.
5. El Hombre, conocido como el “Microcosmos”, es divino en esencia y en latencia, un reflejo del “Macrocosmos”, su Ser Interno, siendo de carácter inmortal.
6. El Hombre se desarrolla y evoluciona a través de experiencias obtenidas en repetidas encarnaciones a las cuales es impelido por el deseo y de acuerdo a la Ley del Karma (causa y efecto) en tres mundos: el físico, el astral y el mental, y posteriormente liberado de éstos a través del conocimiento y el sacrificio, transformando su potencial divino en una realidad actual.
7. Existen seres humanos que han completado el período evolutivo conocido como tal. Habiendo alcanzado la perfección humana, ya nada les queda por aprender a este nivel. Entre ellos se encuentran El Buda, El Cristo y otros grandes Instructores Espirituales menos conocidos pero quienes, se dice, continúan trabajando calladamente y en relativa oscuridad por el bienestar de la Humanidad.
Estas enseñanzas han sido resumidas de una forma que bien vale mencionar antes de concluir esta introducción. Se afirma que existen tres grandes verdades de carácter absoluto que no desaparecerán jamás, a saber:
”El Alma del Hombre es inmortal, y su futuro es algo cuyo esplendor no conoce límites”;
“El Principio que origina la vida está en nosotros y fuera de nosotros, es inmortal y eternamente beneficiante; no se le ve, no se le oye y no se le huele, pero puede ser percibido por el hombre que desee tal percepción”;
”Cada individuo es juez de sí mismo, el dispensador de su propia gloria o su propia perdición, ya que, a través de su libre albedrío es él quién elige su modo de vida y, en consecuencia, su recompensa o su dolor”.
Estas verdades, tan auténticas como la vida misma, son tan sencillas como la mente del hombre más simple.
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